Se trata de una gran mole de roca sedimentaria de color rojizo conocido como "rodeno". Aunque su formación se produjo hace unos 222 millones de años (principios de la era Secundaria), su configuración actual es de hace unos 30 MA. Tiene un volumen de 832 metros cúbicos, un peso aproximado de 2.163 toneladas y presenta una inclinación de 34 grados respecto a la horizontal. El aspecto actual de la zona es resultado tanto de la acción natural como de la humana, al haberse utilizado como cantera para obtener materiales de construcción.
Cuenta la leyenda que los vecinos quisieron arrastrar la roca al llano por temor a morir aplastados; al atar la cuerda para estirar de ella, esta se rompió sin mover la roca, cayendo todos al suelo y ensuciando el culo de color rojo; desde entonces son conocidos como "culrojos".
Edificio situado junto al Portal de la Font, la cual fue la entrada principal a la población durante la época moderna. Adquirido por el Ayuntamiento a finales del s. XIX, en 1901 se aprobó la rehabilitación del mismo edificio para adaptarlo y ubicar los locales de las escuelas mixtas con habitaciones para los respectivos maestros. A finales de los años sesenta se instalará el Museo de Vino, que años después, con la llegada del Museo, pasarán a ser un conjunto de viviendas para las familias vecinas.
Edificio del siglo XVI - XVII que fue adquirido por parte de la corporación municipal a finales del s. XIX para situar las dependencias municipales. Edificio estructurado en sótano, semisótano, planta baja y dos en altura.
El Palacio del Batle es un edificio del s. XV de estilo gótico valenciano. Su fachada lisa se caracteriza por el arco de medio punto en la entrada, las ventanas geminadas y de estilo aragonés. Este palacio era la residencia de una de las familias más importantes de la localidad con un gran nivel social, político y económico, gran actividad vinculada con el comercio de la ganadería y otras funciones del gobierno municipal ocupando el cargo de Bayle Real. En 1972 este edificio se convirtió en el Museo de Arte Contemporáneo, gracias al trabajo de Vicente Aguilera y el apoyo de Vicente Benet, alcalde de Vilafamés en aquel momento. El actual edificio alberga una colección de 700 obras entre las cuales destacan artistas de renombre: Tapies, Picasso, Dora Maar, Elena Asins, Miró, Yturralde, Guayasamín, Maribel Domènech...
La iglesia, trazada por Martín García de Mendoza y construida por Juan Palacios a partir de 1594, es de estilo renacentista. Entre 1778 y 1783 se amplió con la capilla de la Comunión y un nuevo presbiterio, mientras que la cúpula se reconstruyó en 1806. En su interior destacan elementos y reminiscencias del gótico, mientras que en el ámbito artístico hay que resaltar el retablo mayor de principios del s. XVII, los frescos de la Capilla de la Comunión y conchas de la cúpula (J. Oliet), y su ornamentación, orfebrería y zócalos de cerámica valenciana del s. XVIII.
El primer templo de la localidad, originariamente, dedicado en Santa Maria y con esquema correspondiente a las llamadas "iglesias de reconquista", se construyó sobre un aljibe andalusí que le serviría de cripta; de este se conservan detalles arquitectónicos y artísticos (como el retablo mural datado en el s. XIII); ya en el siglo XVII, la Cofradía del Cristo de la Sangre procederá a su barroquización, adaptándolo a los nuevos gustos estéticos. En su interior destacan el retablo mayor (1697) y la capilla de Santa Bárbara, o las capillas de San Cristóbal y la Dolorosa. La iglesia de la Sangre está declarada Bien de Interés Cultural.
Aunque en sus alrededores hay indicios de poblamiento desde hace cinco mil años (abrigo del Castell), su utilización como tal es de origen andalusí. Después de rendirse a Jaime I de Aragón entre 1233 y 1235, pasó a la Orden de Santa Maria de Montesa (1317), transformándose en un gran castillo-palacio. Su aspecto actual se configuró en el s. XIX durante las guerras Carlistas, momento en que se construyó la torre central circular, uno de los pocos ejemplos de arquitectura carlista en la Comunidad Valenciana. El Castell de Vilafamés está declarado Bien de Interés Cultural.
La ermita, que da nombre al barrio en el cual se encuentra, es una sencilla construcción del s. XVIII de arquitecto desconocido. Finalizada en 1763, utiliza masonería con sillares de arenisca en las esquinas y fachada principal, y está rematada por una pequeña espadaña; la cubierta se realiza con tejas árabes barnizadas en azul. Su interior, de planta de salón con sacristía en el lado derecho de la cabecera, está decorado al gusto barroco tardío con pilastras adosadas, arcos de medio punto, cornisas, entablamentos y paredes lisas con elementos decorativos de remate de escayola.
